El alcalde de Vila-real, José Benlloch, dejó ayer la puerta abierta a aceptar la propuesta que, el próximo martes, pondrá sobre la mesa la Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, en el sentido de continuar con la licitación y adjudicación de las obras de la ronda suroeste y, mientras se desarrollan los trabajos, buscar una solución a la conexión de esta circunvalación con la carretera N-340.

Un asunto este último que se erige ahora como el principal obstáculo para que esta vía sea una realidad, tras un cuarto de siglo de trayectoria del proyecto sin que todavía sea una realidad. Y es que, por un lado, el Ministerio de Fomento no está por la labor de aceptar la apuesta de la Generalitat de unir la ronda con la N-340 mediante una gran rotonda de 160 metros de diámetro; y, por otra parte, la Dirección General de Obras Públicas alega problemas de inundabilidad que, aseguran, hacen «inviable» cualquier solución a esta conexión.

Para Benlloch, la mayor dificultad es la negativa de Fomento a la gran glorieta que, aunque aún no ha sido comunicada oficialmente a la Conselleria, justificada por el hecho de que, afirman, «afectaría a la fluidez y la seguridad del tráfico rodado en la N-340». Es por ello que el munícipe urge a que se inicien las obras de construcción del vial y, entre tanto, ambas administraciones --estatal y autonómica-- «acuerden qué tipo de nudo de comunicaciones va a realizarse en este punto».

Respecto al asunto de la inundabilidad de la zona en la que se prevé la conexión, Benlloch todavía se mostró más crítico con cualquier problema que se pueda derivar de ello. «Si somos capaces de llegar a la luna y de crear una isla artificial en Dubai y montar un hotel sobre ella, no sé de qué estamos hablando de que no se puede conectar la ronda con la nacional». Y añadió: «El ser humano tiene capacidad suficiente para buscar una solución a la inundabilidad en este espacio».

En cualquier caso, el primer edil vila-realense insiste en que la principal traba es la que pone Fomento a la habilitación de una rotonda. De ahí, la necesidad de iniciar las obras «cuanto antes, porque el dinero está consignado».

REUNIÓN // De esta forma, Benlloch asevera que «no necesito que me convoquen el día 20 --en relación a la cita prevista en Valencia el próximo martes con responsables de Obras Públicas-- para decir si quiero que se haga la primera fase de este proyecto, porque la primera fase se tiene que ejecutar, porque está el dinero, la empresa ya está ultimando el plan de actuación y los terrenos están expropiados; unos terrenos que costaron un dineral --4,6 millones-- al pueblo, y por eso no es posible esta indecisión».