Las purisimeras de Vila-real vivieron ayer con especial intensidad una Fiesta Principal de la Congregación de Hijas de María Inmaculada --conocida popularmente como la festa de les xiques o de les fadrines- que quedará en los anales de la historia de esta entidad social y religiosa de la ciudad. Y no es para menos, por cuanto en la jornada de ayer la imagen de Sant Pasqual se sumó a la celebración litúrgica y desfiló en la procesión vespertina, acompañando a la de la Purísima.

Se trata de un hecho excepcional que, como explicaron desde la congregación, viene motivado por la celebración del 400º aniversario de la beatificación del patrón de Vila-real.

Fue, la de ayer, una jornada intensa para las devotas vila-realenses de la Inmaculada Concepción. Y es que, por la mañana, la iglesia arciprestal acogió la misa solemne de las congregantes, en la que no faltó la interpretación de la obra Tota Pulchra, a cargo del coro de la agrupación, acompañado por una orquesta de cámara y bajo la dirección del propio autor de la pieza, Miguel Alepuz.

Un oficio religioso que, en esta ocasión, estuvo presidido por el arzobispo-obispo de Urgell y copríncipe de Andorra, monseñor Joan Enric Vives Sicília, quien profundizó en la esencia que emana de la devoción a la Inmaculada, a la vez que ensalzó el fervor que se respira en Vila-real hacia esta advocación mariana.

LAS MEJORES GALAS // Como de costumbre, las integrantes de la junta de la congregación de las purisimeras vistieron sus mejores galas, en las que no faltaron la teja y la mantilla. Y durante la procesión fueron muchos los hombres que también tuvieron su protagonismo, manteniendo la tradición de traure el ciri a sus parejas.

La Congregación despide esta noche sus celebraciones anuales con la tradicional procesión del farolet, en la que se traslada a la Purísima desde la arciprestal a la sede social de la entidad.