La asamblea general de Caixa Rural Vila-real aprobó ayer sus cuentas anuales correspondientes al ejercicio 2012, que se saldaron con unos beneficios de 385.000 euros, un 10% más que en el año precedente. El presidente de la entidad, Enric Portalés, destacó que “estos resultados nos permiten afrontar el futuro con optimismo y solidez, para poder seguir ofreciendo a la ciudad una caja propia, cercana, profesional y distinta al resto de bancos que operan en la población”.

Los socios ratificaron un balance en las que también destaca un incremento en los recursos ajenos de clientes del 1,5% hasta superar los 310 millones de euros. El resultado total a final del año sobrepasó los 366 millones.

Los recursos propios superan los 20 millones y su coeficiente de solvencia se sitúa en el 8,71%.

Portalés hizo hincapié en la “solidez” que proporciona la pertenencia a Cajamar, “algo de lo que se van a beneficiar socios y clientes y el conjunto de la sociedad y de la economía local”, incidiendo en que ahora se podrá “proporcionar financiación a pymes, autónomos y proyectos sobre negocios agroalimentarios”.

La asamblea también dio el visto bueno a una modificación estatutaria que permitirá a los miembros adquirir más participaciones del capital social, “pudiendo incrementar de esta manera su vinculación”. Esta es una de las vías para que los socios puedan eludir el cobro de comisiones por algunos servicios financieros, “necesarias para nuestra entidad, pero que se reducen o eliminan en función de la implicación con la caja”, afirmó Portalés. El tipo de interés que rendirá el producto oscilará entre el 1,9 y el 3,4%.

En cuanto al fondo de formación, se aprobó un presupuesto de 96.000 euros, una cantidad superior a los 87.000 destinados en el pasado ejercicio. El presidente señaló que se mantendrá su actividad tal y como ha venido haciéndolo hasta ahora, apoyando iniciativas de índole cultural y asistencial en la ciudad, “si bien con el criterio de austeridad que exige la situación actual”. H