El Ayuntamiento de Vila-real ha puesto en marcha diversas medidas para proteger el edificio histórico del Molí la Vila de las agresiones vandálicas de las que fue objeto recientemente, al menos en dos ocasiones. De esta forma, las primeras intervenciones se han centrado en colocar rejas en las ventanas que los gamberros rompieron --incluidos los cristales--, con la finalidad de evitar la entrada de cualquier persona al interior del inmueble. También se han puesto barrotes de hierro en huecos como el que hace años servía como entrada del agua de la Séquia Major, y permitía mover la rueda del molino.
Asimismo, los operarios municipales también han reparado algunos de los desperfectos sufridos en los últimos meses en algunas partes del recinto, como es el murete de piedra exterior, a la vez que se ha adecentado el entorno del mismo, a falta de poder licitar y adjudicar las labores para acometer el proyecto de cafetería cultural previsto por el equipo de gobierno y a cuyos concursos públicos no se presentó ninguna empresa interesada.
Con todo, el alcalde, José Benlloch, explica a Mediterráneo que este lugar histórico incrementará las medidas de seguridad, más allá de reforzar los accesos al mismo y sus ventanas. Así, el munícipe anuncia la colocación de una alarma conectada directamente a una central, medida a la que se sumará en breve la instalación de una cámara de vigilancia de tráfico en la calle Cardenal Tarancón, en la que también se registrará todo aquello que suceda en este molino --cuyas primeras referencias al mismo datan del siglo XIV-- y que estará conectada, tal y como ya ocurre con el resto de estos dispositivos que hay repartidos por el casco urbano, con la jefatura de la Policía Local.
DAÑOS AL PATRIMONIO // Las intervenciones que el ejecutivo local lleva ahora a cabo en el Molí la Vila tienen por objetivo frenar la escalada de acciones violentas contra este espacio, que forma parte del patrimonio protegido de la ciudad, como la que se produjo durante la madrugada del sábado, 2 de febrero, cuando los gamberros destrozaron los cristales de todas las ventanas y, muy probablemente, accedieron al interior del inmueble, ubicado a un extremo del jardín Jaume I.
Por otra parte, Benlloch también informó de que ya se están tomando contactos con la Diputación de Castellón para que la institución provincial apruebe mantener la subvención para ejecutar la cafetería cultural, que volverá a licitarse, aunque con algunos cambios, tras quedar desierto dos veces el concurso.