Las mujeres casadas pertenecientes a la Congregación de las Hijas de María Inmaculada fueron ayer las protagonistas de los festejos anuales de la entidad religiosa en el día dedicado a la archicofradía de la Felicitación Sabatina, el primer domingo de las dos jornadas destacadas del calendario de actividades. La mañana arrancó con una misa en la que no faltó la interpretación de Tota Pulchra, a cuatro voces mixtas, de Miguel Alepuz. Una eucaristía especialmente emotiva, explicó la presidenta de la entidad, Núria Bonet, puesto que al final se rindió homenaje a una congregante centenaria, Natividad Cubedo.

La programación vespertina arrancó con una eucaristía y la entrega de medallas a seis nuevas integrantes. Acto seguido arrancó la procesión por las principales calles del centro, recorrido en el que devotos y congregantes demostraron su fervor a la Purísima. Tras el regreso a la arciprestal, tuvo lugar la Serenata en honor a la Inmaculada. Una edición especial puesto que alcanzaron la número 40 que estuvo a cargo del coro Tutte Voci.