José Bort y Juan Luis Bort fueron ayer los artífices de la charla que, en el Centre d’Educació Ambiental (CEA) del Termet, abordó los efectos del cambio climático en las poblaciones de rapaces y, de manera especial, en el caso del águila perdicera sobre la que en la última década se aprecia un importante retroceso.

Una cita que estuvo organizada por el Grup d’Estudi i Protección de Rapinyaires-Ecologistes en Acció, con la colaboración del Ayuntamiento de Vila-real, y a la que siguió una explicación, por parte de ambos especialistas, del uso de las últimas tecnologías para el estudio de estas aves.

En concreto, este colectivo de proteccionistas de pájaros hace uso de un dron para controlar los territorios que tiempo atrás estuvieron poblados por águilas y que ahora están abandonados.

«Con este aparato analizamos los nidos que quedan y el estado en el que se encuentran, así como para comprobar la problemática que les afectó, como puede ser la existencia de torres eléctricas o zonas de caza, para poder buscar soluciones», explica José Bort.

Asimismo, los resultados de los estudios que realiza este colectivo permiten elaborar proyectos de recuperación de los espacios que han sido abandonados por las rapaces, que se presentan ante las administraciones para que estas aporten medios económicos con los que llevar a cabo acciones que permitan la conservación de los grupos de águilas.