El XIX Festival Internacional de Curtmetratges Cineculpable de Vila-real arrancó ayer con las proyecciones de los primeros 12 de los 43 cortometrajes seleccionados entre las 495 obras de 38 países a concurso en esta edición. El Auditorio de Vila-real exhibirá el talento de la quincena de realizadores castellonenses que firman las 12 creaciones que integran este año la sección provincial (tres más que el año pasado) y que optan al Premio Manuel Villarreal, dotado con 1.500 euros.

Algo más de 129 minutos de cine en pequeño formato que inauguraron dos vila-realenses, Cristian Font y Javier Batalla, con Que et fotin, una comedia de tinte autobiográfico que narra las peripecias de dos amigos que están grabando un cortometraje para presentarlo a un festival cuando un tercero los pilla «en plena faena» y las cosas empiezan a torcerse.

Que et fotin es uno de los tres cortometrajes made in Vila-real seleccionados en esta edición, junto a Habitación 403, un drama que sella Paula Sebastián, y Ni dos ni cuatro, de Sergi González, premio al mejor cortometraje documental en el Festival Internacional de Cine de Santa Cruz (Bolivia). La variedad, en géneros y procedencias, caracteriza la sección provincial. De la comedia al drama, la ciencia ficción, el género fantástico o el documental.

Antes de las proyecciones, y para ir calentando motores, Cineculpable acogió una de sus actividades más populares, el Cinexpress, convirtiendo el centro urbano en un gran plató. La programación sigue hoy con la esperada apertura de la sección oficial, que integran 31 obras, entre ellas una ganadora de la Palma de Oro en Cannes 2016 y tres candidatos a los Goya 2017.