La ciudad acumula un año de analíticas correctas en cuanto a la calidad del agua potable de Vila-real. Y es que la presencia de bromacilo --componente de un herbicida cuyo uso se prohibió hace más de una década--, que se detectó durante unos meses en el 2015, ha desaparecido por completo. Mientras, los índices de nitratos, nitritos, cianuros, boro, mercurio o plomo se hallan muy por debajo de los límites legales marcados como perjudiciales.

Así lo informó ayer el concejal de Servicios Públicos, Francisco Valverde, quien hizo hincapié en que en los estudios mensuales que se efectúan «los 89 elementos que se analizan han resultado estar en los niveles adecuados».

Tanto es así que, a lo largo del 2016, ya resultó necesario mezclar las aguas de los pozos de Vila-real con las procedentes del Consorci de la Plana, «de las que solo se utilizó el 1,5% de la que nos corresponde, lo que se traduce en 31.160 m3 de los casi dos millones de m3 que tiene asignados la ciudad por la cifra de vecinos».

Una situación que ha derivado en un ahorro de 28.918 euros para el municipio, que se restarán a la cuota anual que abona Vila-real por formar parte del consorcio y que asciende a 198.736 euros. «Localidades como la Vilavella o les Alqueries han gastado más de un 200%, mientras que Moncofa, Xilxes y la Vall han superado el 100%, de manera que estas deberán compensar el ahorro de Vila-real pagando su cuota y un plus», explicó el edil, quien informó que también Onda, Burriana y Nules están en el bloque de municipios que no han utilizado los metros cúbicos asignados.

POZOS // En cualquier caso, Valverde garantizó la permanencia de la ciudad en el Consorci de la Plana, pese a no ser necesario el uso de agua del mismo. Al respecto, señaló que únicamente dos de los pozos que abastecen a la población --Bassa del Poble y Pou d’Amorós-- funcionan actualmente a pleno rendimiento, mientras que los de Curt de Carinyena y Reg Nou lo hacen al 10%, al no ser necesario extraer mayores cantidades, «por lo que nos encontramos en una buena situación y con reservas para afrontar cualquier necesidad».

Asimismo, a estas reservas se suma otro pozo ubicado en el sur del casco urbano y, «por supuesto», cuentan con los cerca de dos millones de metros cúbicos que les corresponden «del consorcio y que solo se usarán en el caso de que sea necesario», afirma el concejal de Servicios Públicos.

En total, el consumo diario de agua en el municipio se eleva a 10.000 m3, lo que supone una media de 200 litros por vecino.