El Ayuntamiento de Vila-real ha decidido aparcar, a corto y medio plazo, la remodelación integral o construcción de un nuevo Mercat Central, uno de los proyectos que estaban sobre la mesa en la anterior y actual legislatura.

Así lo asegura el alcalde, José Benlloch, quien justifica la decisión en las limitaciones económicas que caracterizan la gestión municipal, «a causa de las expropiaciones y valoraciones del Jurado Provincial de Expropiación, por los empastres urbanísticos heredados, especialmente, del último gobierno local del PP», así como por las dificultades que, asegura el munícipe, podría poner la Conselleria de Educación, Investigación Cultura y Deporte a la hora de acometer las obras de profundización y ampliación del párking subterráneo junto a la iglesia arciprestal, declarada Bien de Interés Cultural (BIC).

Una resolución que viene apoyada por el anuncio realizado el pasado miércoles por Benlloch, en el sentido de que 301.000 euros de los casi 1,5 millones de remanentes del 2017 pendientes de distribuir se destinarán a rehabilitar la parte del edificio de los antiguos juzgados que se dejó en pie, con la finalidad de trasladar allí el departamento de Tesorería --ahora se ubica en un bajo de la calle Josep Ramon Batalla--, así como las dependencias de la Concejalía de Economía, incluidos varios espacios homologados para desarrollar cursos oficiales de formación laboral o empresarial.

Una inversión que frena cualquier otra obra de relevancia en el edificio del Mercat Central y en su entorno, si bien el propio alcalde lanzó la idea de impulsar la instalación en la plaza que surgió del derribo de los viejos juzgados de algún tipo de «cafetería al aire libre o un chill out» para que complemente la oferta de ocio en esta zona del centro de la ciudad y, a su vez, «contribuya a dinamizar este espacio comercial».

LA IDEA INICIAL // La idea sobre la que venía trabajando el consistorio vila-realense desde el 2011, con el cambio de gobierno --liderado por el PSPV y en el que se integraron el Bloc, EU e Iniciativa-- era la de derribar la actual infraestructura mercantil y levantar un nuevo edificio de tres plantas, de manera que en la primera se ubicarían las paradas de venta tradicional y en la segunda se habilitaría un área para hosteleros locales y celebración de actividades. Finalmente, en el tercer piso se destinaría a dependencias administrativas del mercado. También se ampliaba el párking subterráneo duplicando su capacidad.