Trabajar con madera y hierro viejos o deteriorados para dar forma a sus obras, junto a las piezas de gres cerámico que elabora desde hace algo más de medio año, es su manera de «dar categoría a aquello que, aparentemente, ya no la tiene».

Pascual Bailón, natural de la localidad zaragozana de Torrehermosa, residente en Castellón y muy vinculado a Vila-real, pretende transmitir y dar ese valor añadido, a través de sus piezas artísticas, a elementos que por lo general ya no sirven para la mayoría de los mortales.

«Desde hace años que tengo interés por usar maderas carcomidas, ventanas viejas y cosas que se tiran, con la finalidad de dar un atractivo a lo inservible», indica este artista que, añade, pinta por afición. Una faceta que ahora complementa con el uso del gres, creando conjuntos con una estética muy peculiar a base de barro cocido, hierros y maderas viejas.

Bailón expone sus últimos trabajos en la muestra que, bajo el título de Rastros de vida, permanecerá abierta en la Casa de l’Oli hasta el próximo día 17 de marzo, en horario de miércoles a viernes, de 17.00 a 20.00; y sábados y domingos, de 10.00 a 13.00 y de 17.00 a 20.00 horas.

Una de las características de las piezas artísticas que presenta Bailón en la Casa de l’Oli es que «todas transmiten un sentido positivo de la vida», puntualiza. Algo sobre lo que afirma: «Me surge sin ser consciente de ello». «Justo me di cuenta cuando hice la recopilación de estas obras para la actividad de Vila-real», concreta el artista.