Sonaban ayer las 12 del mediodía cuando, desde el balcón del edificio social de Caixa Rura Vila-real, en la plaza de la Vila, el polifacético vila-realense Pepe Chiva lanzaba, en el marco de la tradicional Crida a la Festa un claro mensaje invitando a los vecinos y visitantes a vivir los actos preparados con motivo de los festejos de la Mare de Déu de Gràcia. Fue la primera de las citas festivas, la que abría la programación que se prolongará hasta el domingo, 11.

Una Crida que se complementó con la entrega de la Clau de la Festa a la reina del 2016, Silvia Cantavella; y el posterior volteo de campanas y lanzamiento de cohetes desde el jardín Jaume I.

Y tampoco faltó al mediodía la típica inauguración --con presencia activa de autoridades, reina y damas y Junta de Festes- de dos de los recintos festivos por excelencia: la Fira de la Tapa que gestiona la Comissió de Penyes y el Recinte de la Marxa. H