La agricultura y los retos a lo que se enfrenta cara al futuro e, incluso, ya en estos momentos, fueron protagonistas en la jornada de ayer, al centrar una de las mesas de retos de la programación de actividades de la feria Destaca.

El vicepresidente del Comité de Gestión de Cítricos y vicesecretario de la Fundación Globalis, Manuel Arrufat; la presidenta del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas de València y Castelló, Regina Monsalve; y el jefe de Citricultura del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), Vicente Tejedo, participaron en la tertulia en la que, moderada por la codirectora de Destaca, Marta Raspall, abordaron propuestas tendentes a garantizar el futuro de la agricultura en general y de la citricultura en particular.

Al respecto, Arrufat hizo especial hincapié en la necesidad de apostar por buscar variedades que cubran las necesidades del mercado en la segunda parte de la campaña durante los meses de marzo, abril y mayo.

Por su parte, Monsalve hizo hincapié en la urgencia de «trabajar más la vertiente comercial». «Somos los mejores produciendo, pero hay que mejorar la forma en que la vendemos», detalló. Explicó que el denostado minifundio valenciano «puede ser competitivo si se apuesta, por ejemplo, por productos ecológicos». Y añadió que «en Europa se tiende hacia el consumo de alimentos con residuos cero y hay que trabajar e innovar para conseguirlos».

Mientras, Tejedo dijo que, en los últimos 40 años, «se ha avanzado muchísimo en lo relativo al cultivo de mandarinas y naranjas». «En cambio, las infraestructuras siguen siendo las mismas que las que tenían nuestros abuelos, lo que nos hace menos competitivos en un mundo cada vez más globalizado», dijo. E incidió en buscar alternativas al exceso de clemenules, «que ahora supone el 70% de la producción citrícola en la provincia», detalló.