El Ayuntamiento de Vila-real dispondrá de un total de «nueve o diez pisos puente» para hacer frente a emergencias sociales gracias a la próxima cesión por parte de la Conselleria de Vivienda y Arquitectura Bioclimática, dirigida por Rubén García Dalmau, de cuatro o cinco viviendas más que se sumarán a las cinco que ya son propiedad del consistorio.

Así lo anunció el alcalde de la ciudad, José Benlloch, en el transcurso del último pleno, donde en respuesta a preguntas de Compromís aseguró que se está tramitando el expediente desde el departamento de Urbanismo y que se trabaja para subsanar alguna dificultad jurídica al respecto.

Benlloch afirmó también que, de todas las viviendas posibles, el consistorio quiso poder elegir aquellas que, acorde a los criterios técnicos de Servicios Sociales, resultaran más interesantes. «Nuestra filosofía con este tipo de viviendas es que estén repartidas por toda la ciudad para que cuando tengamos que hospedar allí a una familia de forma puntual no tenga que coger a los niños y llevarlos al colegio a la otra punta del pueblo, que los amigos del barrio no cambien... Entenderán que es mucho mejor que la vida no cambie cuando una familia tiene dificultades sino que pueda permanecer con sus relaciones sociales en su mismo ámbito», defendió el alcalde.

asignatura pendiente / El primer edil calificó de «incremento histórico» alcanzar esta cifra de inmuebles e insistió en que ha sido «este gobierno el que las ha conseguido, era una de nuestras asignaturas pendientes, y en esta legislatura, gracias a las que ha comprado la Conselleria, habrá más a nuestra disposición a coste cero».

Benlloch matizó que de los cinco espacios que ya son de titularidad municipal «dos podrían estar a disposición de forma muy rápida y para los otros tres haría falta una pequeña rehabilitación», aunque aseguró que no se ha avanzado en estas reformas al existir la posibilidad de recibir fondos autonómicos para sufragar parte de estas obras. Por su parte, el concejal de Servicios Sociales, Álvaro Escorihuela, aseguró que desde la compra de las viviendas, y hasta finales de agosto, «por suerte, no se ha requerido su uso» .

El banco de vivienda para emergencia social de Vila-real arrancó con tres inmuebles en la calle San Juan Bosco, adquiridos a la Fundación Flors por 19.000, 24.000 y 19.000 euros, respectivamente; otra residencia en la calle Pere III, comprada a un particular por 62.000 euros; y un piso de la Fundació Caixa Rural Vila-real, situado en la plaza Sant Ferran, por valor de 108.000 euros.