El concurso público convocado por el Ayuntamiento de Vila-real para acometer la remodelación parcial del edificio del Gran Casino ha quedado finalmente desierto, después de que ninguna empresa haya presentado su propuesta técnica y económica.

Así lo confirma a Mediterráneo el concejal de Territorio, Emilio Obiol, quien considera que en la ausencia de ofertas para ejecutar la obra ha influido el «ajustado» presupuesto de licitación, que se estableció en 200.000 euros (IVA incluido). Una cifra que parece no haber sido del agrado de las mercantiles, pese a que el edil afirma que «sí que vinieron firmas a preguntar al ayuntamiento, pero al final no han llegado a presentarse porque, posiblemente, no les salieran los números y el margen de beneficio podría ser escaso», puntualiza.

De esta forma, el máximo responsable en materia urbanística en el consistorio de Vila-real señala que «lo que ahora se hará es caducar el expediente». Sin embargo, el proyecto no se aparca de ningún modo, de manera que los técnicos municipales y las autoridades plantean incluir la rehabilitación de la planta baja del Gran Casino en el programa que presentará el municipio para optar a subvenciones europeas para la recuperación de patrimonio arquitectónico, acogiéndose a la convocatoria realizada por la Generalitat y cuyo plazo de presentación de propuestas acaba el próximo 28 de diciembre.

LA INTERVENCIÓN // Como informó este rotativo el pasado mes de septiembre, la intención del ejecutivo local que lidera José Benlloch es cambiar la distribución actual de la planta baja del histórico inmueble --adquirido por el consistorio por poco más de dos millones de euros, a pagar en cuatro anualidades--, con el fin de dar forma a una sala diáfana que, a través de unas puertas de cristal, permita ver la gran escalinata central de este edificio.

La idea expresada en varias ocasiones por el propio Benlloch es la de trasladar hasta allí el servicio de Atenció i Tràmits, que ahora se ubica en la entrada de la casa consistorial, lo que permitiría redistribuir otras áreas.

La intervención también afecta al espacio que ocupa lo que fueran las instalaciones del Club Taurino, y a las que se accede por un callejón lateral (calle Insa), de forma que se mantendrá la puerta de entrada que existe en estos momentos y se habilitará una planta y un entresuelo con dos espacios diferenciados, para poder situar en ellos distintos servicios municipales --ahora en otras dependencias-- o, incluso, a entidades sociales de la localidad.