Segunda tarde taurina de las fiestas patronales, la de ayer, entretenida y que acabó con buen sabor de boca entre los rodaors y los cientos de aficionados que se dieron cita en un recinto de la vila que volvió a estar lleno.

Tras una salida que paró Cristian El Mechas, el ejemplar de la ganadería de Manuel Ángel Millares --Dejado--, aportado por la asociación Vila-real Taurina, recorrió buena parte de las calles de la vila y respondió a los quites de los expertos, entre ellos, al quiebro de José Luis Matamoros y también al de Javier Torá. Colorado y bien presentado, el animal dio buen juego y divirtió.

El segundo de la tarde, Saleroso, del hierro de Torrehandilla y reservado de los que protagonizaron el encierro del sábado por la Comissió del Bou de Junta de Festes para su exhibición ayer, también se caracterizó por el juego que dio a los aficionados.

Tuvo una salida un tanto electrizante y despistada e, inmediatamente después, cogió el ritmo y avanzó por las calles del recinto taurino para regresar a la zona de cadafals, donde pegó con fuerza a los barrotes de estas estructuras festivas. Allí, Patricio se lució con unos lances con el jersey, mientras que Miguel triunfó con un espectacular quiebro a pelo.

Era, el de Torrehandilla, un toro terciado, de tamaño mediano, y encastado, desprendiendo bravura en la arena de la vila.

Una hora justa duró la exhibición del bou per la vila de la tarde, cuyo inicio se adelantó una hora con el objetivo de evitar su coincidencia con la ofrenda floral al patrón local, Sant Pasqual.

Tanto en el arranque de este festejo como en el transcurso del mismo, no faltó la música festiva que se encargaron de hacer realidad los integrantes de la charanga vila-realense Vakalenta.

La próxima cita con el bou de carrer es mañana (18.30 horas), con toros de El Pilar y José Mur.