La ermita de la Mare de Déu de Gràcia, ubicada en el paraje del Termet de Vila-real, acogió ayer la primera gran celebración del año, en el marco de la fiesta que organiza el Ayuntamiento en honor a Sant Antoni.

Numerosos vecinos acudieron a esta tradicional cita festiva, que arrancó a las 13.00 horas con la misa por el patrón de los animales, que se realiza año tras año en el pequeño templo del Termet y que, como de costumbre, ofició el popular sacerdote e hijo adoptivo de la ciudad, mosén Guillermo Sanchis.

Tras el oficio religioso, al que acudió una amplia representación del consistorio --liderada por el alcalde, José Benlloch, y por el primer teniente de alcalde, Xavier Ochando--, las autoridades procedieron a repartir los 1.100 panets encargados por el consistorio, de los que medio centenar eran aptos para celíacos --estaban elaborados sin gluten--, mientras que otros tantos se entregaron a los centros geriátricos de la ciudad y a las comunidades de monjas Clarisas que regentan el convento de Sant Pasqual y las Carmelitas Descalzas de la asociación Familia de la Madre de Dios, que ocupan parte del recinto del anterior convento de las dominicas.

No faltaron en el evento festivo por Sant Antoni en la ermita de la Mare de Déu de Gràcia un buen número de participantes acompañados con sus respectivas mascotas, que también probaron los peculiares panets. Incluso hicieron acto de presencia las perras que integran la Unidad Canina de la Policía Local de Vila-real: Iris, Loba, Zoe y África.