La Escuela Muncipal de Teatro y Artes Callejeras (EMTAC) de Vila-real espera reanudar las clases en febrero una vez se complete todo el procedimiento administratativo para la nueva contratación de la dirección. Así lo espera, por lo menos, Sergio Heredia, responsable de esta iniciativa cultural durante los últimos años y responsable de la compañía La Fam, única que ha concurrido al concurso para dirigir la EMTAC.

«Me presento porque de no hacerlo, si no existe interés en este tipo de cues¡stiones, pueden quedar sin postor y eso abre la puerta a que desaparezcan. Eso es el desierto y desierto es siempre una mala opción porque la gente con inquietud no tendría opciones para formarse», indica Heredia, que lamenta que el inicio del proceso para renovar la gestión de esta escuela municipal «llegó muy tarde», por lo que los alumnos, más de 80 actualmente en seis grupos, están sin clase desde Navidad. El parón vacacional y la finalización, a inicios de este mes de enero, de la relación contractural anterior han generado malestar entre el alumnado o los padres de los menores que se inscribieron a inicios de curso.

En este punto, Heredia lamenta el «poco respaldo institucional a estas iniciativas culturales y la sensación de desinterés o dejadez» y afirma que, pese a los anuncios realizados, los máximos responsables de la ciudad no los han convocado para realizar una reunión y conocer qué esperan de la actividad que realizan.

NECESIDADES // «Una vez empecemos, lo haremos con las mismas ganas de que las cosas funcionen y vayan a mejor para progresar», afirma el actor y director que alude a las necesidades que existen para poder encarar el futuro con más optimismo. «Trasladé algunas necesidades y realidades para que se tuvieran en cuenta al licitar el nuevo pliego. Se ha plasmado, económicamente, la ampliación a seis grupos porque se nos contrató para cuatro, aunque ofrecíamos dos más», dice.

Otro aspecto es el acondicionamiento. No hay sistema de climatización y en invierno hace el mismo frío que en la calle y en verano más calor «porque el local es una especie de nave industrial con parte del techo de uralita, por lo que, además, genera mucho ruido cuando llueve, resulta muy molesto», señala Heredia, quien asegura que también hubo problemas de goteras «que tardaron dos años y medio en solucionar». No disponer de una infraestructura en condiciones --el acceso es por la calle Trinquet Vell--, comenta el responsable, lastra el crecimiento de usuarios. Por su parte, en unas semanas, aunque la primera licitación quedó desierta, la Escola de Dansa espera retomar también su actividad.