El posible desprendimiento de una piedra del campanario de la iglesia Arciprestal de Vila-real puso ayer en alerta al párroco, Javier Aparici, a la Policía Local y a los bomberos. Y es que, como se ve en la imagen, en una de las piezas de la torre se aprecia la falta de un pequeño trozo de cornisa, lo que requirió la presencia de los bomberos para comprobar que no revestía peligro. Al final, lo único que se retiró fue media botella de plástico con material de obra que, posiblemente, estaba allí desde la restauración del templo para la Llum de les Imatges. J. C.