Vila-real se convierte de nuevo este fin de semana en la capital de las antigüedades en Castellón, con la celebración de una nueva edición de la ya tradicional Fira d’Antiguitats en el Centre de Congressos, Fires i Trobades. Un evento que abrió ayer y se cierra hoy, en torno a las 20.00 horas.

Josep Delcort, organizador de esta cita que ya se ha convertido en todo un clásico en la provincia y en la Comunitat, señala que son una veintena de comerciantes del sector --llegados mayoritariamente de Castellón y del resto de las provincias valencianas, pero también de Cataluña e, incluso, uno de los expositores es inglés-- los que muestran y ponen a la venta en torno a 20.000 artículos de lo más variado, especialmente vinculados al coleccionismo de lo más variado. «Este año contamos con estands con paneles y una mejor iluminación, que aporta una mejor imagen a esta feria de antigüedades ya consolidada», explica Delcort.

PRODUCTOS // Cerámica, ropa, muebles y objetos del hogar de mediados del siglo pasado, originales relojes, joyas, llaves y cerraduras o morteros de piedra copan buena parte de la oferta de este acontecimiento comercial que, según explica el organizador del mismo, «ya ha superado los peores momentos de la crisis».

Sin embargo, Delcort matiza que ese periodo de dificultades económicas, que acarreó una contención de las ventas, derivó en un estancamiento de los precios, «que se mantiene a día de hoy y que, por tanto, hace más asequibles este tipo de productos». En la feria puede adquirirse desde una postal de un euro a un cuadro por 6.000 euros.