La 33ª edición de la Fira del Llibre es ya un éxito antes de cerrar sus puertas hoy. Y lo es porque el cambio de ubicación, de la plaza del Llaurador a la céntrica plaza Colón, muy cerca del Mercat Central y de las calles peatonales, «permite que la afluencia de público sea mucho mayor que en otras ediciones». Son las palabras del concejal de Economía, Xavier Ochando, que se mostraba satisfecho de cómo se habían desarrollado las tres primeras jornadas del evento.

«El cambio ha permitido que no solo acuda el habitual público lector, que es fiel, sino también llegar a mucha gente que acude al corazón de la ciudad a hacer sus compras o tomar algo con amigos», añadió el edil.

Ayer por la mañana el público familiar fue el protagonista en el espacio que ocupaban los antiguos juzgados, con el taller infantil El bosc dels llibres i les aventures que impartió el Club Temps Lliure con el objetivo de despertar el ánimo lector de los niños.

Por la tarde, la feria se vistió de negro para ambientar las presentaciones de trabajos relacionados con el género policíaco y de misterio. El escritor Julio García Robles presentó su obra Los crímenes de mi querida mamá, mientras que Javier García Martínez firmó su novela Crimen en la mansión Holden. Posteriormente, se celebró la puesta de largo de la colección Noir is Black, editada por Perica la Literaria.

Propuesta solidaria // Además de los descuentos del 10% en la compra de libros, los asistentes también pueden participar en la propuesta solidaria de la UNED de Vila-real, que propone cambiar un kilo de comida por un libro de su fondo bibliográfico para destinar los productos al banco de alimentos de Cruz Roja.