Formar y educar por y en igualdad desde edades tempranas. Esta es una de las máximas de los centros educativos de Vila-real que, en colaboración con el Ayuntamiento, vienen conmemorando el 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, no solo con el apartado teórico de siempre sino con acciones que, además, estarán bien visibles durante mucho tiempo en las calles de la ciudad.

Y es que es bien palpable el éxito del pintado de frases que aluden a la igualdad entre hombres y mujeres y entre todas las personas en general en los pasos de cebra próximos a colegios e institutos. Frases que no escapan a la mirada de todos los transeúntes y que obligan a pensar en su significado.

Y es que la escuela es, como dijo ayer el alcalde, José Benlloch, un espacio en el que no solo se educa para hacer frente a un mundo cada vez más competitivo, sino que también es un lugar para formar en valores.

Y para lograr ambos fines, el trabajo de los maestros y profesores --de los educadores, en general-- es fundamental. Una labor que estos profesionales basan en la vocación como pilar fundamental de un periplo vital en el que el ansia por enseñar es constante e inalterable.

Todo un ejemplo

La Casa dels Mundina acogió ayer uno de los actos más emblemáticos de cuantos se incluyen en la programación del 8 de Marzo. En él, decenas de escolares participaron el la presentación oficial del proyecto denominado Pas de Vianants (Pediastran challenge), en las que los colegios han ideado frases igualitarias que han quedado plasmadas en los pasos de cebra.

Pero la cita fue más allá y el consistorio aprovechó la ocasión para homenajear a todas las maestras que, a lo largo de los años, han contribuido a educar a la sociedad vila-realense. Un reconocimiento que se personificó en Purificación Andreu Iserte --doña Purita, como se le conoce entre alumnos y compañeros de trabajo--, a quien el alcalde entregó un diploma y un obsequio en representación de toda la corporación.

En la actualidad, Purita tiene 91 años y lleva jubilada desde 1994. Con una energía vital y una memoria excepcional, relató a Mediterráneo sus difíciles inicios como maestra de escuela, en plena posguerra. «Cuando tenía 20 años empecé a ejercer de maestra en les Useres, y de allí pase a Montanejos y a Torrechiva. Después ya pude quedarme en Vila-real, donde fui maestra del colegio Cervantes entre los años 1953 y 1994. También fui directora y secretaria de este centro», destaca esta veterana maestra que, también ayer, aprovechó para ensalzar la labor de los docentes en la formación óptima de los ciudadanos.

«Cuando ya pude elegir mi destino definitivo en mi ciudad, comencé con una clase en la que había 72 niños y niñas. Pero un día, desde la Inspección de Educación ya pusieron un tope de 40 estudiantes, para aliviar la carga docente», explica.

Y aunque ya le falla un poco la vista, doña Purita supo distinguir ayer a la perfección que frente a ella había escolares. Y a ellos se dirigió en diferentes momentos, también para pedirles que pongan freno al acoso escolar dentro y fuera de las aulas. «Esa es una conducta que no está bien», aseveró.

El alcalde Benlloch destacó que «doña Purita es un ejemplo de vocación, ya es toda una institución y se ha volcado siempre en educar a las personas».