La guardia romana de la cofradía de la Puríssima Sang de Vila-real desfiló ayer por el entorno de la muralla y el casco antiguo de Segorbe ante un gran público que, pese a la fina lluvia, no quiso perderse el espectáculo. No fue la primera vez que el colectivo salía de la localidad --hace un par de años estuvieron en Cabanes-- y de su actividad habitual en Semana Santa, pero sí fue la primera en la que participaron mujeres. En total, fueron cuatro, y un par de niñas. Que la presencia femenina sea una constante en los encuentros de la agrupación es uno de los objetivos de esta entidad, que integran más de 30 personas.

En el acto de ayer, soldados y doncellas entraron por la puerta de València con el paso marcado por bombos y trompetas y el traquetreo de las lanzas golpeando sobre el suelo, para luego recorrer la torre del Bochí y las murallas de la Argén de la fortificación.

Tras realizar el trazado de la Entrada de Toros y Caballos se dirigieron a la plaza del Agua Limpia donde les esperaba la alcaldesa de Segorbe, Mª Carmen Climent, y otros miembros de la corporación. La guardia romana entregó obsequios a la primera edila.

La escuadra acudió después al palacete de San Antón, pero antes de abandonar la formación guardaron un minuto de silencio por el reciente fallecimiento de dos componentes del grupo.

Desde el Ayuntamiento de Vila-real asistieron los ediles Xus Madrigal y Miriam Caravaca.