La de ayer fue una jornada de despedida en Vila-real. Cientos de vecinos y visitantes han disfrutado de forma multitudinaria de las fiestas patronales en honor a Sant Pasqual. De hecho, se han registrado récords de asistencias a algunos de ellos, como en el Sopar de Veïns, con 2.500 ciudadanos.

Un adiós a los festejos que concentró en el último día un número significativo de actos, entre los que destacó una concurrida concentración motera, organizada por la asociación Sombras del Asfalto, en las que se pudo escuchar con fuerza el rugido de los vehículos a su paso por las calles más céntricas de la ciudad.

Tampoco faltó la tradicional misa en la capilla del Cristo del Hospital, a la que asistieron las autoridades locales, encabezadas por el alcalde, José Benlloch, así como la reina y damas de las fiestas y decenas de vecinos.

Baile en los centros de mayores, chocolatada popular e, incluso, un taller de flamenco, precedieron a la esperada actuación de Karina y Micky que, ante una plaza Major llena, contribuyeron a recordar canciones tan conocidas como El baúl de los recuerdos, Las flechas del amor, Romeo y Julieta, La fiesta, Colores, Bye, bye, fraulein, El chico de la armónica, Viva el rock and roll, Enséñame a cantar o Suena el piano, entre otros temas.

La traca desde la plaza de Sant Pasqual a la plaza Major; un espectáculo de calle cargado de pirotecnia, que discurrió seguido de decenas de vecinos desde la plaza de la Vila al parque de Alaplana y el castillo de fuegos artificiales lanzado por la Pirotecnia Martí pusieron el punto final a las primeras celebraciones patronales del ejercicio 2016. H