Los empresarios hosteleros de la zona de tascas de la calle Pare Molina presentaron el lunes en el registro del Ayuntamiento de Vila-real una propuesta de ordenanza reguladora de lo que denominan espacio de tradición gastronómica, que abarca los establecimientos ubicados en aquella calle y también los de algunos viales adyacentes, como Cova Santa.

La propuesta se presentó el mismo día en el que el alcalde, José Benlloch, conocía el informe jurídico-técnico elaborado por un abogado especializado en esta materia y contratado por el consistorio; y un día antes de que se hiciera público que la magistrada del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Vila-real había dictado un auto en el que llama a declarar como investigados al alcalde, José Benlloch, y la edila de Seguridad Ciudadana, Silvia Gómez, así como a cuatro de los empresarios de los locales de restauración de este área, como consecuencia de la querella criminal presentada por un grupo de vecinos.

Según se expone en la propuesta presentada por los hosteleros, el documento tiene por objeto «establecer, crear y delimitar normativamente el espacio de tradición gastronómica de la calle Pare Molina y adyacentes», con la finalidad de que los locales «dispongan, en general, de las condiciones mínimas necesarias de seguridad e higiene, y evitar molestias y riesgos para los propios usuarios y para el vecindario».

A este respecto, detallan que «con el fin de garantizar la convivencia, el consumo de alcohol de graduación inferior a 20SDgr quedará limitado, en espacios públicos colindantes por superficie a los de uso y ocupación autorizada, a las 23.30 horas».

AVANCE // De esta manera, los empresarios se han adelantado a la presentación de una ordenanza por parte de la mesa técnica que se reunirá el próximo viernes 11 de octubre y de la que, presumiblemente, podría surgir una normativa que posteriormente se trabajará a tres bandas --vecinos, empresarios de los locales de restauración y consistorio-- con la mirada puesta en lograr un documento consensuado.

En cualquier caso, el tardeo en Vila-real, que vive un auténtico auge desde hace un par de años, está en el punto de mira de la querella presentada por ocho residentes en esta céntrica calle, dos de ellos menores de edad.

Al respecto, el alcalde Benlloch reitera: «Lo que se está debatiendo es cómo regular la vida en las ciudades y de si queremos defender un modelo de municipio vivo como es Vila-real y que es inevitable que genere distorsiones como sucede en muchos ámbitos». Y recuerda: «Recibimos quejas a diario por molestias de algunas peñas, las fiestas de barrio, el mercado ambulante, algunas terrazas, discotecas, los días de fútbol... y cada día mediamos para buscar el equilibrio necesario».