Mucho ha llovido desde que en 1966 se construyera y entrara en funcionamiento el instituto Francesc Tàrrega, un centro educativo que ya forma parte indisoluble de la historia de Vila-real, como ayer se hizo evidente en la presentación de Llibre d’Or, en el que se hace un repaso por los 50 años de existencia de una institución cuya contribución a la evolución social, cultural y económica de la ciudad es indiscutible.

Y así lo aseguraron ayer los últimos tres directores del Tàrrega, Pasqual Bernat, Josep Font y Ariadna Portalés; así como el propio alcalde de Vila-real, José Benlloch, quien también estuvo en la mesa presidencial del acto de presentación del libro, tanto como máximo representante municipal como en su vertiente de antiguo alumno del IES.

Un trabajo bibliográfico en el que no faltan los saludos y las felicitaciones de personalidades como el propio Benlloch, así como del conseller de Educación, Vicent Marzà; o antiguos estudiantes o profesores del Francesc Tàrrega que, de alguna manera, han protagonizado la vida pública local o nacional, como es el caso del periodista y exdirector general de RTVE, Jordi García Candau; los concejales Emilio Obiol y Eduardo Pérez; o los escritores Jaume Cabré, Vicent Usó y Antoni Pitarch.

Se cuentan por miles los alumnos que han pasado por las aulas de este recinto nacido hace ahora medio siglo --y lo hizo, como era habitual en la época, con segregación por sexos hasta ya entrados los años 70-- y también por cientos los educadores que han dejado su huella entre el alumnado.

Las cifras

En concreto, han sido más de 850 los profesores que han ejercido en el instituto Francesc Tàrre y cuyos nombres vienen reflejados, uno a uno, en el libro conmemorativo del 50º aniversario, al igual que se reproducen los de las alrededor de 60 personas que han formado parte de la plantilla no docente; y también los diferentes equipos directivos, desde el primero encabezado por Rafael Llopis hasta el actual liderado por Ariadna Portalés.

En la actualidad, el centro educativo atiende a 1.300 estudiantes y, además, es la sede del aulario en Vila-real de la Escuela Oficial de Idiomas, lo que suponen otras 700 personas. «Son unas cifras elevadas, que hacen más compleja la gestión del instituto, pero lo cierto es que todo funciona muy bien e, incluso, responsables educativos que han visitado el centro se han mostrado sorprendidos», explica Portalés.