Cuatro cristales blindados intentarán evitar capítulos como la profanación descubierta la semana pasada, cuando comprobaron que había sido forzada la puerta de la celda de Sant Pasqual en la Real Capilla. Los vidrios se colocarán en los barrotes dorados que dan acceso a la celda. Mientras tanto, las monjas del convento han cerrado una puerta corredera de cristal instalada hace 25 años en el interior del recinto sagrado que habitualmente no se utiliza.

A estos elementos se sumará la posibilidad de ubicar cámaras en la iglesia, opción que comparten la madre superiora del convento y el párroco arcipreste de Vila-real, Javier Aparici. El objetivo será evitar incidentes y hurtos en el templo, una cuestión que ya se ha planteado durante las últimas reuniones del patronato de la fundación, al no ser la primera vez que se produce una sustracción.

INVESTIGACIÓN ABIERTA // Por otra parte, la investigación de la Policía Nacional sobre el suceso sigue abierta y sin novedades. Cara a la resolución del caso y la identificación del o de los ladrones, están analizando las imágenes de las cámaras de seguridad para controlar el tráfico que hay en todo el perímetro de la basílica de Sant Pasqual.

Los hechos tuvieron lugar entre las 19.00 y las 20.00 horas, coincidiendo con la celebración de la misa del viernes, sin que nadie de los presentes en la celebración religiosa se percatara de lo que estaba pasando. Agentes policiales analizaron la escena del robo y preguntaron a las monjas clarisas, que tampoco escucharon el forcejeo en la puerta de la celda.

A este hurto se sumó el intentó de asalto de la iglesia de Santa Sofía, ocurrido la madrugada del sábado al domingo, en el que trataron de forzar la puerta de acceso al templo con una palanca.