La de ayer fue una jornada dedicada a recordar la historia de Vila-real y a rendir honores a quien otorgó a la villa su Carta Pobla en el año 1274, el rey Jaume I, y a ciudadanos que han contribuido durante toda su vida a enriquecer el entramado cultural y social.

El día grande de las fiestas fundacionales, que la ciudad celebra cada año en torno al 20 de febrero, arrancó con el desfile de las autoridades --encabezadas por el alcalde, José Benlloch, y la reina de los festejos patronales del 2018, Cristina Pesudo-- y representantes de entidades vila-realenses hasta el jardín que preside el monumento a Jaume I. Allí, el presidente de la Fundació Caixa Rural Vila-real, Enric Portalés, leyó la Carta Pobla que marcó el nacimiento del municipio.

«Nós, Jaume, per la gràcia de Déu rei d’Aragó, de Mallorca i de València, comte de Barcelona i d’Urgell, i senyor de Montpeller, per Nós i pels nostres successors, donem i concedim a vosaltres, tots i cada un dels pobladors de la població de Vila-real, que hem decidit establir en terme de Borriana, termes certs...», recitó Portalés con máxima solemnidad.

La ofrenda de ramos de flores y coronas de laurel, tanto por parte del consistorio como de agrupaciones presentes en el acto, así como la interpretación de la Marxa de la Ciutat, a cargo de la Unió Musical la Lira, pusieron el punto final al homenaje al fundador, al que inmediatamente siguió, ya en el Auditori, la entrega de los Premis 20 de Febrer, que en esta ocasión han recaído en la asociación Conquistanto Escalones, Juan Bautista Llorens Bort, Leandre Adsuara y Conchita Catalán.

Y para concluir la jornada festiva, aunque con un horario algo adelantado para no interferir con el partido de fútbol entre el Villarreal y el Sevilla, por la tarde, la ciudad rindió pleitesía a la reina del 2018, Cristina Pesudo; y a las cuatro damas de su corte: Andrea Ayén, Gemma Font, Gloria Manrique y Lydia Estepa.