Vila-real se convirtió en la madrugada del sábado al domingo en el escenario de la lucha contra los muertos vivientes. Unas 800 personas participaron en el Last Day Zombie como los supervivientes que debían combatir un virus que había infestado a la humanidad. El evento, que cuenta con la colaboración de la Concejalía de Juventud, constó de una yincana en la que los jugadores debían superar una serie de pruebas, «como rescatar a un superviviente de un grupo de muertos vivientes o descifrar el código de un maletín que contenía la cura», explicaron desde la organización.

Las actividades comenzaron sobre las 23.00 horas y se alargaron hasta las 5.00 de la madrugada, lo que significó un total de seis horas de jolgorio «en las que los participantes tuvieron que interactuar con varios actores y trabajar en equipo para poder vencer», añadieron los responsables de este exitoso evento lúdico. Una original cita que tuvo lugar en varias zonas de la ciudad.

SORPRESA / Uno de los momentos más sorprendentes fue la petición de mano de uno de los jugadores a su pareja. Fue la nota de romanticismo en una propuesta en la que no hay sentimientos.

Esta peculiar iniciativa se convirtió en la continuación de la noche de terror que los vila-realenses vivieron durante el verano del año pasado. Esa fue la primera vez que se celebró en el municipio un evento de este tipo, que llegó para consolidarse.