Compañeros de partido y de corporación, alcaldes y ediles de municipios vecinos, autoridades autonómicas --entre las que estuvo el presidente de la Generalitat, Ximo Puig--, representantes de decenas de entidades y numerosos vecinos brindaron ayer un sentido adiós a Pasqual Batalla, quien fuera primer teniente de alcalde de Vila-real hasta el mismo momento de su fallecimiento, la noche del pasado martes.

Tras permanecer su féretro en la capilla ardiente instalada en el vestíbulo del ayuntamiento, este salió a hombros de sus compañeros de corporación --sin distinción de colores políticos-- y se encaró hacia la estatua de Jaume I, donde la banda La Lira interpretó la Marxa de la Ciutat, el himno que suena en los eventos oficiales.

Posteriormente, con el acompañamiento de más de 35 coronas y portado por amigos y miembros de la peña L’Embolic, se le trasladó entre aplausos hasta la iglesia arciprestal, donde le esperaban sus tan estimados gegants --Pasqualet, Marigracieta, Jaumet y Pinella--, que le rindieron honores a su entrada al primer templo local bajo los sones del Réquiem de Laquima Vere, interpretado por la Coral Sant Jaume y con su director, Alfredo Sanz, al órgano.

Tras la emotiva misa, en la que no faltaron los merecidos elogios a su persona, el féretro salió de la arciprestal a hombros de sus amigos de partido y en su puerta se entonó la Muixeranga, interpretada por miembros del Grup de Dol-çainers i Tabaleters El Trull.