L a ciudad de Vila-real sigue afianzando el crecimiento poblacional que, a partir del 2016, determinó el freno a una pérdida de vecinos que vino dándose en los siete años anteriores. Una recuperación que, a fecha 1 de enero de este año, permite romper la barrera de los 51.000 habitantes. En concreto, y según los datos facilitados por el departamento de Estadística del Ayuntamiento, la localidad cerró el 2018 con 51.051 ciudadanos, una cifra que no se daba desde finales del 2007.

Sin embargo, se trata de un aumento poblacional que no se debe a un mayor número de nacimientos que, como apuntan los datos oficiales, continúa en descenso. Así, mientras en el 2016 y el 2017 se registraron 472 y 464 nuevas incorporaciones al padrón por este concepto, a lo largo del pasado ejercicio este número descendió considerablemente hasta ser solo 411.

De esta manera, vuelve a ser la llegada de ciudadanos de otros países la que tira del incremento de habitantes en Vila-real. Y es que, pese a reducirse en casi un centenar los vecinos procedentes de Rumanía --que sigue siendo la nacionalidad foránea más importante, con 2.872--, sí que se ha dado un crecimiento en cuanto a personas llegadas del Magreb, así como de Latinoamérica. En estos momentos son 6.393 los extranjeros que viven en Vila-real, a diferencia de los 6.268 y 6.067 de los dos ejercicios anteriores.

PLURALIDAD // Un total de 90 son las procedencias --incluída la española--, de los vecinos que en la actualidad están censados en Vila-real. Al respecto, y tras Rumanía, están Marruecos (1.378), Argelia (342), Colombia (255) , China (147), Brasil (140), Italia (138), Argentina (111), Ucrania (88) o Uruguay (65), en las primeras posiciones. Incluso se incorporan nuevas procedencias, como es el caso de los llamados Territorios Palestinos, Camerún o Yemen.

Son, en opinión de las autoridades municipales, unos números que refuerzan la buena posición que ahora mismo ostenta la localidad a la hora de atraer a personas de diferentes zonas de España y de fuera para trabajar.

En este sentido, el primer edil, José Benlloch, incidió en el hecho de que el municipio «es por siete meses consecutivos, la ciudad de la Comunitat Valenciana de más de 20.000 habitantes con menor índice de desempleo».

Una situación que, desde el consistorio, se pretende mantener a través de acciones de fomento de la ocupación. A ello, se suman intervenciones que, aseguran, supondrán las mejoras a realizar en diferentes puntos industriales, en especial en cuanto a los accesos e infraestructuras se refiere, «lo que facilitará la ampliación o instalación de nuevas empresas en la población».