Una jornada soleada, aunque con unas temperaturas inferiores a las que caracterizaron el resto de la semana, acompañó ayer la celebración de la tradicional Fira de Santa Caterina de Vila-real, declarada Fiesta de Interés Turístico Provincial. Un tiempo que resultó fundamental a la hora de atraer a miles de visitantes, no solo vecinos de la ciudad, sino procedentes de otros muchos municipios de la provincia.

Todavía con la ausencia total del sol y con las temperaturas bajas que son características antes de amanecer en estas fechas, los 246 vendedores que lograron hacerse con la concesión de un puesto en la peculiar feria vila-realense --otros 157 se quedaron fuera-- iniciaron el montaje de sus respectivos puestos que, desde primera hora de la mañana, ofrecían los productos más característicos de este evento, como son los turrones o los frutos secos, pasando por los juguetes, los embutidos, los complementos de vestir o los elementos relacionados con la decoración navideña para los hogares de la ciudad.

Ni siquiera el hecho de que el Villarreal CF se enfrentara a las 18.30 horas al Sevilla CF hizo mella en la afluencia de personas a esta cita lúdica y comercial. Y es que no fueron pocos los que, aprovechando el encuentro futbolístico en el Estadio de la Cerámica, decidieron pasear por los 900 metros lineales de recinto ferial confiando, tal vez con suerte, en una menor afluencia de gente.

Una vez más, una docena de agentes de la Policía Local, con el apoyo de los voluntarios de Protección Civil, se encargaron de garantizar la seguridad en el evento. Además, los agentes tuvieron que dedicar un importante esfuerzo a evitar la instalación de vendedores ilegales.

Entre tanto, los niños disfrutaron de las atracciones mecánicas que la feria estrenó este año.