El paso a la fase 1 hizo que este lunes las calles de Vila-real, especialmente las más céntricas, lucieran un aspecto más vital que jornadas previas. Incluso hubo quien paseó con la camiseta identificativa de su peña para no olvidar que, pese a haberse suspendido oficialmente, la ciudad vive unas peculiares fiestas de Sant Pasqual debido a la crisis del coronavirus. Aun así, el ambiente distaba mucho de otros lunes de festejos patronales cuando se celebra la Nit de la Xulla, reconocida como fiesta de interés turístico provincial desde marzo del año pasado.

La meteorología, ya que en alguna ocasión la lluvia ha deslucido esta tradición, no fue una preocupación esta vez, puesto que la cena no pudo prepararse en las calles debido a la declaración del estado de alarma y tampoco está permitida la reunión en locales festeros. La nube de humo y ese aroma característico a brasa no se dio con la misma magnitud, pero fueron muchos los que apostaron por una versión doméstica con guisos al horno, una de las opciones habituales para preparar la carne, en sartenes o barbacoas. Y a pesar de una Nit de la Xulla confinada, cientos de vecinos y peñistas, como los de Samfaina, entre otros, no dejaron pasar la oportunidad de disfrutarla al máximo pese a todo.

Con la indumentaria propia, cada uno preparó en casa la cena y compartieron las imágenes en las redes sociales. Incluso hubo concurso de allioli. Ante la imposibilidad de catar las propuestas, premiaron a la que mejor entró por los ojos. Con todo, reconocieron, les faltó «el contacto con la gente».