El concejal de Territorio en el Ayuntamiento de Vila-real asegura que no existe petición alguna en el departamento que dirige para autorizar el derribo de la conocida como Alqueria dels Frares o de Sant Albert, una construcción que, como apuntan algunos estudiosos, data de mediados del siglo XVIII. El edil responde así a la alarma generada por un grupo de vecinos a través de las redes sociales, alertando de la posible demolición de esta antigua alquería rural, ubicada en Espai Vila-real, el área que estaba llamada a convertirse en un macroproyecto empresarial y de ocio con una superficie de un millón de metros cuadrados. Sin embargo, la crisis acabó por frenar las obras de urbanización escasas semanas después de iniciarse las mismas.

«En el departamento de Territorio no tenemos constancia de petición alguna para derruir este edificio y desde la empresa que gestiona estos terrenos nos aseguran que no saben nada», explica Obiol, quien advierte del importante deterioro de un inmueble que, como subraya, lleva deshabitado en torno a cuatro décadas.

ABANDONO // Y es que el largo abandono de esta alquería --incluida en el listado de inmuebles protegidos del todavía en vigor Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1993--, sumado al saqueo de sus elementos exteriores e interiores --paneles cerámicos y enrejados de hierros, entre otros-- dejan esta construcción en un estado de semirruina. La movilización social contra el posible derribo del antiguo edificio, a la que han mostrado su apoyo desde Compromís per Vila-real, derivó, entre otras acciones, en el inicio de una campaña en la plataforma Change.org, bajo el nombre de L’Alqueria dels Frares no es toca, lema que también luce en una pancarta colgada recientemente en su fachada para intentar mantener en pie este recinto.