La Asociación de Hijas de María del Rosario (las rosarieras) de Vila-real honró ayer a su patrona con flores en el marco de los 200 años de la fundación de la entidad. No fue como en años anteriores debido a la situación sanitaria actual, pero, al final, pudo ser. Las integrantes de la junta directiva no fueron las encargadas de coger los ramos en mano, como venía siendo habitual, sino que los participantes en el homenaje tuvieron que depositarlos a los pies de la Virgen. Posteriormente, y una vez acabado el acto, las responsables de la entidad recogieron las flores y las arreglaron convenientemente.

También hubo, porque la necesidad se mantiene e incluso ha crecido, donativos en forma de alimentos que entregarán a Cáritas de Vila-real para que los haga llegar a los más necesitados.

Superada la jornada de ayer, en la que antes celebraron el rezo del rosario y una eucarística, la agrupación afronta la recta final de unos actos especiales, puesto que conmemoran los dos siglos de historia de este colectivo religioso.

La presidenta de las rosarieras, Anna Eixea, destaca que, pese a lo peculiar de la celebración de este año a causa de la pandemia del coronavirus, la gente está respondiendo de forma positiva a la práctica totalidad de eventos que organizan. Eixea apunta que la misa del pasado domingo contó con 380 asistentes (más los religiosos encargados de celebrarla) y fueron 385 en la cita vespertina que incluyó una procesión claustral.

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