Decenas de vecinos de la zona residencial del camino Cuquello y su entorno, que estos días celebran sus fiestas populares en honor a la Mare de Déu d’Agost, se sumaron anoche a la tradicional cita vila-realense de la Nit de la Xulla, una celebración que surgida precisamente en los festejos de calles y barrios se trasladó con éxito a los patronales de mayo y septiembre hace cuatro décadas.

Como es costumbre, las brasas sirvieron para asar las chuletas de cordero o los embutidos que, posteriormente, el vecindario degustó en la plazoleta ubicada frente a la capelleta de la virgen.

Pero este no fue el único acto festivo de la jornada, por cuanto por la tarde tuvo lugar la emotiva ofrenda floral a la Mare de Déu d’Agost, mientras que para hoy se han programado partidas de guiñote, truc, dominó y parchís, así como la solemne misa y un vino de honor en la plazoleta.