El Gremi de Fusters Sant Josep de Vila-real celebró ayer su fiesta anual, que coincide con el día dedicado a su patrón. El acto central fue un pasacalle que unió la plaza Major y la basílica de Sant Pasqual por las calles del casco antiguo, y en el que el protagonismo fue para las ‘dolçaines’ y los ‘tabals’. Una vez que la comitiva llegó al templo hubo un vuelo de campanas y una misa en honor a Sant Josep. Los miembros del gremio acabaron la jornada invitando a los presentes a una degustación popular de buñuelos, que fue regada con vino moscatel. RD