La pasión por la Semana Santa se siente, pero también se ensaya. Durante estas semanas previas a las emblemáticas fechas, son muchas las cofradías de Vila-real que salen a la calle a entrenar. De esta forma, intentan asegurar que todo saldrá bien durante las procesiones.

El interés por recuperar las tradiciones y hacer más solemnes estos actos religiosos se nota en la implicación de los vecinos en estas prácticas. De hecho, el exterior de la cooperativa de la Caixa Rural se ha convertido en punto de encuentro de cofradías y grupos de tambores para ensayar los pasos y los ritmos que se podrán vivir en la Semana Santa de la localidad.

Es el caso de la Hermandad del Santo Sepulcro. Con una réplica de 300 kilos de su anda que sale a procesionar el Viernes Santo, los portadores se coordinan con los toques de campana y el sonido de la percusión y las cornetas para saber en todo momento cómo tienen que actuar. Para que todo sea todavía más real, la reproducción, sin las imágenes, cuenta con unos sacos llenos de materiales que permiten que tenga un peso similar al paso oficial.

«Hace unos años que practicamos para que los movimientos sean lo más acordes posibles, juntando a los portadores titulares y a los nuevos durante los tres sábados previos a la llegada de las procesiones, y nos va muy bien», explica el vicepresidente de la entidad, Jaime Vilanova.

Su paso se lleva al hombro gracias a 24 personas y un jefe que se encarga de dirigirlas. En los recorridos oficiales serán un total de 48 personas las que lleven al sepulcro con sus cuerpos, para poder ir relevando el esfuerzo.

Relevo generacional

Vilanova destaca que el futuro parece estar asegurado. «Hemos notado implicación los últimos años y parece que tendremos relevo generacional, con gente joven que participa y se involucra en el paso y en las bandas de tambores y bombos», dice. Al respecto, señala que «el más mayor de los portadores tiene 65 años y el más joven, entre 29 y 30».

De esta forma, la hermandad lo tiene prácticamente todo preparado para realizar el ritual de traslado del Cristo Yacente, obra del escultor vila-realense José Ortells, durante las fechas previas a Pascua. Lo mismo ocurre con otras cofradías, como Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Caridad, la del Cristo del Hospital o la de la Santa Faz. Todas ultiman los detalles para que la Semana Santa de Vila-real mantenga su encanto, pasión y devoción por esta tradición.