El documento inicial del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) de Vila-real, elaborado por un despacho especializado en ingeniería y urbanismo a petición del Ayuntamiento, apuesta por habilitar en la plaza del Llaurador una estación de autobuses. La utilidad de esta terminal vendría determinada por la facilidad de conexión con el resto de la ciudad que supone este punto, así como por la proximidad del Estadio de la Cerámica, lo que podría favorecer un mayor uso de este transporte público, especialmente durante las jornadas en las que el Villarreal CF juegue en su campo, ya sea en el marco de La Liga o en competiciones europeas.

Una propuesta que, como asegura el concejal de Territorio, Emilio Obiol, no supondría abandonar la propuesta de construir un intercambiador que combinara los autobuses urbanos e interurbanos con el ferrocarril, frente a la misma estación de Renfe.

Y es que el PMUS, que prevé estar totalmente finalizado en abril del próximo año, incide en la necesidad de impulsar el transporte público en el interior de la ciudad que, como apuntó días atrás el edil «ahora es casi invisible», por cuanto es tan escaso el uso que se hace del autobús urbano que el propio estudio de movilidad lo cifra en un cero por ciento, a la vez que se apuesta por elevar la utilización de este medio, al menos, para poder alcanzar cifras en torno al 5% o el 6%.

DIFICULTADES // En cualquier caso, los problemas económicos por los que atraviesa el consistorio de Vila-real, especialmente a causa del continuo goteo de sentencias urbanísticas derivadas en su mayoría de ocupaciones o expropiaciones de terrenos durante el último gobierno del PP, dificultan la ejecución de un proyecto que desde la administración local, liderada por el socialista José Benlloch, siempre se ha defendido como prioritario, como es la creación de una estación de bus frente a la terminal del tren.

Una actuación que Obiol aseguró en diversas ocasiones que «dignificará una de las más importantes puertas de entrada a la localidad, por cuanto salen y llegan en tren cientos de personas a diario». El plan, para el que se calcula una inversión de unos 400.000 euros, tiene por objetivo derribar el muro ahora existente, lo que daría lugar a una plaza en la que pararían los autobuses.