El Ayuntamiento de Vila-real estudia emprender medidas legales contra la empresa que se encarga de las obras de rehabilitación del Molí la Vila, a causa del «incumplimiento de los plazos de ejecución de la misma». El concejal de Urbanismo y Territorio, Emilio Obiol, se muestra muy duro con la compañía adjudicataria y asegura que «en ningún momento estos retrasos se están dando porque el consistorio o la Diputación de Castellón no hayan puesto el dinero sobre la mesa».

Según el edil, la posibilidad de sancionar a la firma parte de un debate «entre técnicos y políticos», que consideran que la única culpable de estos incumplimientos es la empresa, radicada en València y que en la actualidad sigue con los trabajos pero a un ritmo lento, puesto que «destinan muy poco personal a la misma». Si hasta ahora el Ayuntamiento no ha dado el paso es por el temor a que un contencioso demore aún más una actuación que tiene como objetivo restaurar uno de los edificios más antiguos de la ciudad, pues data del siglo XIV.

CUATRO MESES

Los operarios iniciaron las labores de desescombro en agosto del año pasado, y la previsión era que en 16 semanas la obra estuviera acabada. No obstante, ya han pasado 10 meses desde que se cumplieran los plazos y, en la actualidad, Obiol no se atreve a poner fecha ante la inacción de la empresa.

El proyecto, valorado inicialmente en 360.000 euros, consistía en una rehabilitación estructural del antiguo inmueble, en la habilitación de su entrada con un pequeño jardín y en la mejora de la pasarela que conecta con el parque dedicado a Jaume I.

No obstante, las previsiones económicas del Ayuntamiento y la Diputación --que financian la obra-- no se cumplieron, lo que obligó a realizar un primer parón en los trabajos para actualizar el proyecto. El motivo de esta parálisis, que duró varias semanas a principios del año 2017, fue que las primeras excavaciones evidenciaron que la base del molino se encontraba más baja de lo esperado, a casi cinco metros de la calle Cardenal Tarancón. Además, se descubrieron piezas de alto valor etnológico, como varias puertas con arcos ojivales y una parte del suelo medieval, cuya conservación garantizó Obiol en su momento.

Este proyecto acumula retrasos, puesto que el inicio de los trabajos ya se realizó tras dos largos años de burocracia por un conflicto entre el propietario y el anterior gobierno municipal.