El Ayuntamiento de Vila-real, a través de la Concejalía de Territorio, prevé acometer una segunda fase de mejora del entorno de la Torre Motxa --uno de los escasos vestigios que aún se conservan de la villa fundada por el rey Jaume I en el año 1274-- una vez se complete la consolidación y restauración de la construcción medieval. Un proyecto para el que se ultima su inicio, que según explicó a Mediterráneo el edil del área, Emilio Obiol, se producirá antes de finalizar el presente ejercicio.

La segunda fase de la intervención en el emblemático elemento histórico de la ciudad contemplará la semipeatonalización de la parte de la calle Lluís Vives que coincide con la plazoleta existente en la actualidad y que rodea la torre y la parte de muralla que se conserva. Una intervención que, en opinión de Obiol, daría a este espacio «una imagen de plaza, de manera que sería un espacio urbano cómodo, que ganaría también respecto a su aspecto».

Según explica el concejal, se trata de dar continuidad al planeamiento de señalización de las puertas de acceso a la villa fundacional que, además, permiten visualizar el trazado del recinto amurallado. Un recinto que el responsable municipal recuerda que está protegido por la ley y que, aunque se encuentre en la actualidad en viviendas privadas, no puede destruirse, por cuanto ello tendría la consideración de delito contra el patrimonio.

BIEN CULTURAL // Las actuaciones que se realizarán en breve sobre la Torre Motxa --Emilio Obiol calcula que se iniciarán a finales de este mes de octubre o principios de noviembre-- por parte de una empresa del municipio que ya desarrolló trabajos de rehabilitación de tramos de la muralla histórica, se basa en una propuesta elaborada por arquitectos locales especializados en conservación del patrimonio. El edil recuerda que se trata de una obra a realizar en «un elemento declarado Bien de Interés Cultural (BIC), como todas las murallas españolas lo son desde el año 1985».

La intervención contempla la rehabilitación de las ocho caras del elemento medieval aunque, como recuerda el concejal, no se podrá acometer «aquella idea que teníamos para hacerlo accesible, porque la Dirección General de Patrimonio no ha dado el visto bueno». Una negativa de la Generalitat, de la que ya se hizo eco Mediterráneo el pasado 16 de marzo, y que impedirá que la torre sea visitable con fines académicos, tanto su interior como la zona elevada de la azotea.