Más de 600 agentes del orden de la Comunitat e incluso de otros puntos de España aprenden cada año nuevas prácticas de servicio al ciudadano en la Escuela de Formación de la Policía Local (Efopol) de Vila-real.

Así lo recoge el informe elaborado por el intendente responsable de este área del cuerpo municipal de seguridad, Ramón Martínez, respecto al balance del pasado ejercicio 2018, en el que, como explica, se desarrollaron una veintena de acciones formativas en materias como la mediación policial --una especialidad en la que la ciudad es un referente a nivel internacional--, ruidos, videovigilancia, atención a personas con discapacidad, investigación y reconstrucción de accidentes, perro detectores, diferentes tipos de controles, drogodependencia, diabetes y defensa personal --tanto para agentes como para mujeres--, entre otros.

Y es que en los últimos siete años son más de 6.000 los efectivos integrados en policías locales, así como de otros cuerpos de seguridad del Estado, que han ampliado sus conocimientos en diferentes materias gracias a la labor que realiza la Efopol. Un trabajo que ha sido reconocido con diferentes galardones, como el que otorga la Fundación Española para la Seguridad Vial (Fesvial).

El intendente Martínez explica que «la Policía Local asume en sus respectivos municipios las funciones de prevenir y combatir la delincuencia, preservar la tranquilidad pública, hacer cumplir la ley, mantener el orden y proteger los derechos fundamentales de las personas. Le corresponde, por tanto, garantizar el principio de igualdad e intervenir en situaciones de conflicto con absoluta imparcialidad y respeto a las minorías étnicas, sexuales, religiosas y culturales, teniendo en cuenta, además, las particulares condiciones de los grupos sociales más vulnerables, como pueden ser las personas con discapacidad o las que están sin hogar».

PREVENCIÓN // Es por ello que el responsable policial incide en que para ejercer estas funciones de manera eficaz «es fundamental que el personal de los cuerpos de seguridad local tenga suficiente formación en materia de prevención del racismo y la xenofobia, la homofobia, la violencia de género y otras conductas de odio». Y añade: «Hay que tender a un cuerpo orientado a la comunidad, para que su interacción con esta facilite el conocimiento del origen de los problemas».

«No podemos tener una sociedad del siglo XXI y una Policía Local del siglo XX. Este es un equipo que, al menos, debe estar al mismo nivel que la ciudadanía y es por ello que hay que fomentar los programas formativos adecuados al cambio social», concluye.