La unidad de Tráfico de la Policía Local de Vila-real está inmersa, hasta el próximo viernes y en colaboración con la Dirección General de Tráfico (DGT), en una campaña de control del transporte escolar y de menores para comprobar que los vehículos y sus conductores cumplen con la normativa actual.

El intendente de la plantilla municipal y responsable de la unidad encargada, Ramón Martínez, indica que esta vigilancia, con el objetivo de velar por la seguridad de los más pequeños mientras se desplazan hasta el centro académico, incide en dos tipos de automóviles, los autobuses grandes y los de la clase M1 o mixtos --tipo furgoneta-- que suelen usar las guarderías o algunos clubes deportivos.

Los agentes suelen esperar a estos vehículos en las inmediaciones de las escuelas y se revisan tres aspectos. Las condiciones técnicas y la documentación del turismo, tanto la general como la específica, así como los papeles del conductor.

«Hace años, con los M1 se daban muchas infracciones graves o muy graves que obligaron a tomar medidas, pero las que se registran hoy en día son más bien de tipo leve: algún extintor caducado, un alumno que no lleva el cinturón, un martillo no colgado...», apunta Martínez, quien añade que en las empresas que prestan el servicio existe «una responsabilidad muy importante» respecto a su labor.

CONTROL PORMENORIZADO / El grueso de las revisiones se realiza en el entorno de los colegios y se intenta que lleguen al máximo número posible de vehículos. «Cuando están los niños todavía en el interior, comprobamos que solo hay una persona por plaza, que lleven el cinturón -obligatorio en los autobuses matriculados desde el 2006-- o que el acompañante esté donde corresponde», explica el intendente.

Al tratarse de un análisis «complejo», los policías esperan a que todos los estudiantes hayan bajado o el autobús circule vacío para completar el procedimiento y entorpecer el mínimo posible.

Por su parte, el comisario principal jefe, José Ramón Nieto, recuerda las obligaciones de las entidades que promueven el desplazamiento, por ejemplo, en el caso de una excursión con niños. «Una cosa es la empresa que pone el vehículo y otra quién lo organiza, que debe exigir al transportista que muestre la autorización para llevar viajeros, que tenga la ITV en vigor -tanto la ordinaria como la extraordinaria con los elementos técnicos en regla--, y que disponga de un seguro de responsabilidad civil ilimitado», señala. Queda para otras campañas el control de los sistemas de retención infantil (SRI) y uso del cinturón en los coches particulares.