El obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, denunció ayer una «grave profanación» de la eucaristía en la basílica de Sant Pasqual. Los hechos ocurrieron durante la misa del viernes por la tarde, cuando una o varias personas entraron en el templo y, tras forzar la celda del santo, abrieron el sagrario y robaron el copón que contenía formas de una ceremonia anterior antes de irse del lugar sin ser vistos.

Según explicó a Mediterráneo un portavoz de la comunidad religiosa vila-realense, el hurto ha sido denunciado ante la policía. El hecho de que confirmen que el copón no tiene demasiado valor económico lleva a este vecino a afirmar que se trata de un «robo sacrílego» cometido por «alguien que sabía bien lo que hacía y que buscaba hacer daño». Y es que el mismo se encontraba en la Real Capilla porque ayer por la mañana había una visita guiada para un grupo de turistas.

También el obispo se sumó a esta hipótesis, por lo que convocó para el domingo 23 de julio (19.00 h.) una misa de desagravio en esta misma iglesia. López Llorente instó a todos los creyentes de la diócesis a participar en el acto para responder a esta «ofensa» y «acompañar en este doloroso momento a las hermanas clarisas», que viven en el convento.

El alcalde de Vila-real, José Benlloch, también lamentó lo sucedido y criticó «cualquier acto que suponga una agresión contra la fe que profesan muchos vila-realenses y, muy en especial, si va dirigida contra el patrón de la ciudad». En este sentido, aseguró que desde el consistorio harán todo lo que esté en su mano «para esclarecer este asunto».

CÁMARAS DE VIGILANCIA // Cara a la resolución del caso y a la identificación del o de los cacos, serán claves las diferentes cámaras de seguridad que hay en todo el perímetro de la basílica. Benlloch aseguró que en las próximas horas analizarán con detalle «los perfiles de la gente que entró en el templo el viernes, entre las 19.00 y las 20.00 horas». El munícipe recordó que no es el primer caso de estas características, puesto que hace unos meses «alguien ya intentó arrancar una cruz» de la iglesia pascualina.

Durante la ceremonia de ayer, mosén Pasqual informó a los asistentes de lo sucedido solo 24 horas antes y tildó el robo de «irresponsable». El párroco detalló que se trataba de un objeto «muy significativo» para toda la comunidad, recordó que contenía «el cuerpo de Cristo» y llamó a los fieles a participar en la eucaristía de la semana próxima. Tanto Pasqual como el obispado pidieron a las diferentes parroquias de Vila-real que suspendan los actos del próximo domingo a las 19.00 h para convertir la cita en masiva.

ESTUPOR E INDIGNACIÓN // Entre los fieles, la mayoría de los cuales se enteraron del robo del día anterior por las palabras del cura y las conversaciones que mantuvieron después del acto religioso con las clarisas, había estupor e indignación. Muchos se preguntaban qué habría podido llevar a estos individuos a cometer semejante robo, máxime conteniendo hostias consagradas. E incluso alguna mujer que había estado en la misa del viernes no podía creer que no hubieran escuchado el forcejeo de la puerta.