Las purisimeras fadrines fueron ayer las protagonistas de la fiesta princial de la congregación. Una jornada que vivieron con especial emoción las jóvenes integrantes de la Junta de la Congregación de Hijas de María Inmaculada por ser el día dedicado, entre otras, a ellas, por lo que ya en la misa matutina, oficiada por el obispo de la diócesis Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, lucieron teja y mantilla. Un hecho que supone una especie de «reconocimiento a la labor realizada durante todo el año», aseguraron desde la Junta. El obispo, durante su intervención, afirmó que María es «modelo de amor y caridad, centro y eje de la oración de nuestra iglesia de Segorbe-Castellón este año». López Llorente también argumentó que «vivimos en una sociedad con mucho ruido, con tantas distracciones, y la Virgen nos muestra el camino de la contemplación y el silencio para escucharle». El coro La Inmaculada interpretó Tota Pulchra, de Miguel Alepuz, a cuatro voces mixtas acompañadas por la orquesta de cámara y órgano.

LA IMAGEN TIÑE LAS CALLES // Por la tarde, fue el turno de la procesión solemne que sacó a las calles la imagen en un desfile que tiñó de azul y blanco, colores distintivos de la entidad religiosa, el corazón de la ciudad y que convocó a cientos de personas que le profesaron su estima y devoción.

Desde la Junta de la entidad realizaron un balance positivo de los festejos de este año puesto que han contado con una «buena respuesta por parte de los congregantes a los diferentes actos».

Actos variados y que, como es habitual, han excedido el fervor religioso al incluir una fiesta infantil y otra juvenil con un bingo solidario a beneficio de Joventut Antoniana. Los más jóvenes de la entidad también fueron parte destacada de la vigilia celebrada el pasado día 5 y que concluyó con la ya tradicional chocolatada preparada por Conchita Català. La recogida de alimentos destinados a Cáritas o la 40ª serenata en honor a la Virgen que hizo aflorar las sensaciones de los asistentes a la iglesia fueron otras de las iniciativas destacadas.

También especial fue el triduo de las XL horas puesto que predicó el que, durante años, fue párroco en Montanejos --mosén José Miguel Sala--, religioso del que siempre recibieron un trato amable en un localidad vinculada a la historia de la Purísima puesto que acoge desde hace años el campamento de verano.

Los festejos anuales finalizan esta noche con el traslado de la Virgen desde la Arciprestal a la casa social de la entidad y el posterior castillo de fuegos artificiales.