En torno a los 10.000 euros es el gasto que realiza anualmente la Comunitat de Regants de Vila-real para limpiar la basura urbana que algunos vecinos vierten a la Séquia Major, a su paso por el casco urbano. Un coste que corresponde, según indican desde la entidad que este año celebra su 150º aniversario, a las labores de adecentamiento que realizan dos veces por semana los operarios del sindicato de regantes, para adecentar las rejas existentes en el trazado del canal, destinadas a bloquear el paso de objetos voluminosos que podrían llegar a taponar las salidas del agua.

Respecto al tipo de residuos que sacan de la acequia, las mismas fuentes apuntan que «hay de todo, desde juguetes viejos a baterías de coche e, incluso, alguna vez han aparecido animales muertos y cuando ello ocurre se da aviso a la empresa encargada para retirar los mismos».

Desde la Comunitat de Regants hacen hincapié en que «mantener limpio el enclave es fundamental, porque si estos residuos llegan a los cabezales se pueden bloquear los sistemas, lo que impediría rellenar las balsas que nutren el riego por goteo».

En cualquier caso, y a parte de las labores de limpieza semanales, también se acomete periódicamente la retirada de los fangos que se depositan en el fondo, a la vez que se vacían los sifones que actúan a modo de túnel de esta infraestructura hidráulica, en los cruces con calles y avenidas.

CONVENIO // Se trata de un gasto que, pese a ser fruto del incivismo de los residentes de la zona y del hecho de que el crecimiento de la ciudad ha convertido la Séquia Major en una canalización de carácter urbano, tiene que asumir en la actualidad la entidad que aglutina a los comuneros de las partidas de l’Horta vila-realense y de la partida de Cap de Terme, en les Alqueries.

Es por ello que los regantes confían en poder alcanzar un acuerdo con el Ayuntamiento --sobre el que el alcalde, José Benlloch, se comprometió el pasado martes a seguir trabajando en él para superar los inconvenientes técnicos y legales que lo frenan--, que permita aliviar el coste de mantenimiento de esta infraestructura, incluido el de la limpieza, teniendo en cuenta que la misma ejerce como aliviadero de la ciudad en momentos en que se producen lluvias torrenciales.

Al respecto, desde el sindicato señalan que sus operarios «también tienen que controlar los niveles en momentos de fuertes aguaceros, ya que hace las funciones de desagüe de pluviales, lo que implica inversiones para la regulación de compuertas».