Casi 11 años han tenido que transcurrir para que, por segunda vez, entraran las máquinas para iniciar las obras de construcción de la ronda suroeste. A finales del 2008, y tan solo un mes después de iniciarse, los trabajos se truncaron y se paralizaron al entrar la empresa adjudicataria en concurso de acreedores.

Y ayer, de nuevo --y esta vez todo el mundo confía en que no ocurra algo similar-- las retroexcavadoras y camiones volvieron a ocupar los terrenos expropiados en su día por el Ayuntamiento para hacer realidad una circunvalación por el oeste del casco urbano, que autoridades y tejido social y empresarial de Vila-real reclaman desde hace dos décadas.

Desde la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad aseguran que ahora va en serio y que los trabajos, con una duración de 18 meses, se prevé que concluyan en abril del 2021. Eso sí, se trata de la primera fase de la ronda, ya que la segunda parte --la que permitirá unir el vial a la N-340-- está aún a expensas de llegar a un acuerdo con el Gobierno, en el sentido de pactar una solución definitiva para este punto, para el que la Generalitat apuesta por una gran rotonda y el Ejecutivo central por un enlace elevado sobre la vía estatal.

Lo cierto es que, casi 4.000 días después de aquel final del 2008 en el que pararon las labores para ejecutar la ronda --cuando tan solo se había llegado a arrancar los naranjos que poblaban la mayor parte de las parcelas ocupadas--, estas obras vuelven a ser una realidad, una vez la Administración autonómica que lidera el socialista Ximo Puig adjudicara de nuevo el proyecto a finales del pasado mes de marzo, por un importe de 7,8 millones de euros.

UNIÓN DE EMPRESAS // En este caso, es la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Durantia Infraestructuras y Corporación Europea de Servicios y Capitales la encargada de completar una intervención que, entre otras cosas, permitirá eliminar el tráfico pesado que, en la actualidad, no tiene otra salida que pasar por las avenidas Alemanya e Itàlia, en pleno casco urbano de Vila-real para acceder a la N-340 o a la carretera de Burriana (CV-185).

En concreto, los primeros trabajos arrancaron ayer en el punto en el que se acometerá la glorieta que conectará la ronda suroeste con la carretera de Onda, frente a la gasolinera de Cepsa.

Y es que este vial mejorará las conexiones de las áreas empresariales del llamado triángulo azulejero, que está conformado especialmente por los municipios de Onda, l’Alcora y Vila-real.

El vial tendrá una calzada de dos carriles de circulación --uno por cada sentido-- y sendas bandas de integración ambiental arboladas en los márgenes.