El malestar se adueñó este jueves de los muchos aficionados taurinos que, pese a guardar cola durante un buen rato, se quedaron sin invitaciones para poder acceder a la plaza de toros portátil, instalada junto al jardín de Jaume I, para disfrutar de las actividades programadas para hoy en el Día de Vila-real patrocinado por el Ayuntamiento y que incluyen un desafío de ganaderías y una exhibición de emboladores locales.

Y es que, como señaló a Mediterráneo el concejal de Fiestas, Diego Vila, la Conselleria de Sanidad revocó ayer la autorización para que el coso albergara hasta 800 espectadores, de manera que esa cifra se reduce a la mitad (400). Un recorte que tuvo como primera consecuencia que las 200 entradas distribuidas en taquilla se agotaran a los 15 minutos de abrirse las mismas --a las 17.00 horas-- y que muchos de los aficionados que guardaron cola se quedaran sin ellas. La otra mitad de invitaciones se distribuyó en mano entre las asociaciones taurinas de la ciudad, especialmente destinatarias del festejo a celebrar en la jornada de hoy.

La comunicación

En este sentido, el edil Vila explicó a este rotativo que la firma de la resolución revocatoria se efectuó a las 13.15 horas. De hecho, el empresario que ha instalado la plaza portátil, Jesús Domínguez, aseguró que la comunicación le llegó a las 13.30 horas. «Consideramos que la Conselleria ha actuado con nocturnidad y alevosía, porque no hemos tenido tiempo material para poder recurrir», se lamentó Domínguez.

Además, el promotor taurino afirma que la razón que se alega para reducir el aforo de las 800 personas autorizadas inicialmente a las 400 para las citas de puente y fin de semana es que «hemos incumplido una norma, pero no informan de qué es lo que hemos hecho mal, porque el comportamiento de los asistentes ha sido ejemplar en todo momento y se han guardado las medidas de seguridad que se exigían; por ello vamos a pedir todos los informes y si así lo consideramos, pediremos responsabilidades».

Por su parte, el malestar también se ha trasladado a los responsables municipales. De hecho, todo apunta a que también se realizará una queja desde el consistorio «por las formas».