La delicada situación económica por la que pasa el Ayuntamiento de Vila-real ha llevado al alcalde de la ciudad, José Benlloch, a aprobar un paquete de medidas que permitirán ahorrar entre 500.000 y 600.000 euros en lo que resta de año. El primer edil atribuyó la necesidad del plan de ajuste a las sentencias derivadas del “urbanismo a coste cero del PP” y a los tres millones de euros que cada año tiene que asumir el consistorio como consecuencia de la amortización y los intereses del préstamo de 20 millones de euros que en su momento pidió el popular Juan José Rubert.

Una de las principales medidas es la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que permitirá que varias parcelas situadas en el casco urbano y catalogadas como industriales pasen a ser urbanas residenciales. El objetivo es “limitar el riesgo económico de los aprovechamientos urbanísticos”, que situó en 220 millones de euros.

Para Benlloch, “esto es el resultado de una política que llevó a cabo el PP en sus últimos años y que consistía en crecer a base de aprovechamientos, y ahora hay que compensar a los propietarios”. Aprovechando la nueva ley urbanística valenciana, Vila-real creará una bolsa de terrenos recalificados que permitirán al consistorio negociar con los poseedores de estos derechos. Aunque en breve se conocerán más detalles del plan, que será una realidad a finales de año, uno de los terrenos afectados será la manzana de la antigua Maderas Clemente, situada frente a Correos y donde hay varias naves sin uso.

CONCEJALÍAS // Las medidas de reducción del gasto afectarán a la mayoría de departamentos durante los próximos meses. Así, se han reducido las actividades del Estiu al Termet, se han suspendido programas como Vilabeca o eventos como el Festival Internacional de Danses, y se intentará ahorrar en las fiestas. Además, Servicios Públicos limitará sus actuaciones a las urgencias y el área de Deportes reducirá los convenios con gimnasios privados. El alcalde también avanzó que en el futuro no pueden “mantener el Centro de Tecnificación Deportiva solos”, y en este sentido pidió a la Generalitat valenciana “una mayor implicación”.

Benlloch apuntó que el plan se justifica también por gastos imprevistos, como la paga extraordinaria de los funcionarios, el programa autonómico Xarxa Llibres o el sobrecoste de las basuras. Aún así, dijo confiar en que el 2017 la subida del 9% del IBI “permitirá estabilizar las cuentas”. El munícipe reconoció que no debieron “bajar impuestos en el 2014”.

CRÍTICAS // Por su parte, el portavoz del PP, Héctor Folgado, se opuso a “los peores recortes de la historia de Vila-real” y traspasó la responsabilidad al munícipe. H