El Ayuntamiento de Vila-real, a través del departamento de Servicios Públicos, acaba de iniciar un plan de mejora de la red viaria del término municipal que se desarrollará durante este ejercicio y el 2018 y que afectará a aproximadamente un tercio de los 161 kilómetros de caminos rurales de que dispone la ciudad, lo que se traduce en unos 60 kilómetros.

Así lo anunció ayer el concejal del área, Francisco Valverde, a pie de obra de los primeros trabajos que se acometen en el marco del plan, que en estos momentos --y tras la intervención en la raya del vial Vila-real-Betxí, en colaboración con la localidad vecina-- se centra en varios tramos de los caminos Vora Riu del Madrigal, Sedeny de Pinella y Camí Vell de Borriana. «Damos respuesta así a las muchas peticiones que en este sentido nos han llegado, tanto de agricultores y usuarios de estas vías como de la Comunidad de Regantes», explica Valverde.

HASTA EL VIERNES // Las tareas, que acomete la empresa Becsa, finalizarán el próximo viernes y tienen un presupuesto de 76.000 euros, de los que 45.000 los asume el Ayuntamiento y el resto, la Diputación de Castellón. Para este año, el consistorio reserva una cifra inicial de 50.000 euros, que podrían ampliarse con los remanentes del 2016 y «con una parte importante de los 180.000 euros que se prevé que lleguen desde la Diputación», concreta el edil.

El concejal detalla que el tratamiento que se acomete, y que se ampliará a buena parte de las vías rurales del término municipal, «consiste en un rebacheo, para después imprimir una primera capa de asfalto y acabar con otra final más gruesa». «Es la solución que se adopta porque resulta más eficiente y duradera».

Valverde hace hincapié en que algunos caminos sufren un mayor desgaste --que se ha hecho especialmente evidente tras las últimas lluvias--, «porque no solo los usan los agricultores, sino también los ciudadanos en general para desplazarse a otros municipios vecinos e, incluso, por vehículos pesados que van y vienen de las industrias de la zona».