Únicamente la mitad de los perros considerados como potencialmente peligrosos existentes legalmente en Vila-real están inscritos en el censo abierto años atrás por el Ayuntamiento. Así se desprende de los datos facilitados ayer por el consistorio a este rotativo, en los que se refleja que en el padrón municipal constan 454 de estos canes, una cifra que difiere considerablemente de la que recoge el Registro Informático Valenciano de Identificación Animal (Rivia), que es de 874.

Y es que, como comentó a Mediterráneo la concejala de Sanidad en el consistorio vila-realense, Silvia Gómez, «hay mucha gente que desconoce que también tienen que censar a su perro a nivel municipal». Es por ello que plantean promover nuevas campañas, como ya llevaron a cabo en otras ocasiones «y que significaron un incremento de registros de mascotas», para informar a los dueños de aquello que marca la legislación vigente y la propia ordenanza municipal de convivencia ciudadana.

POR RAZAS // De esta información se desprende que la mitad de los perros potencialmente peligrosos --uno de los cuales provocó heridas en las manos a dos vecinas el pasado lunes-- que hay en la ciudad corresponden a dos únicas razas, American Staffordshire y rottweiler, con 126 y 124 ejemplares, respectivamente. Muy por detrás quedan los staffordshire bull terrier (31), los bull terrier (29) o los dobermann (17).

Desde el consistorio y desde entidades animalistas destacan que, en la gran mayoría de los casos, los dueños de estos perros «son conocedores de la legislación y la cumplen para evitar incidentes».

Con todo, la Policía Local de Vila-real sumó en el 2019 un total de 15 denuncias a dueños de canes potencialmente peligrosos. En casi la mitad de los casos (7), la sanción tuvo como motivo el que el animal se encontraba en lugares públicos sin bozal o no sujeto con cadena. Los agentes impusieron otras cinco multas porque no se disponía de la correspondiente licencia preceptiva para esta clase de mascotas. Y dejar suelto al animal o no tomar medidas para evitar su escapada, no estar el perro identificado u omitir su inscripción en el registro de animales potencialmente peligrosos motivó tres de las denuncias.